viernes, 10 de marzo de 2017

Novena a San José

    


     Normalmente cuando alguien pide ayuda es porque está muy necesitado. Esta entrada quiere ser un testimonio de la ayuda que prestan Los Santos intercediendo por nosotros, independientemente de nuestras flaquezas y nuestro estado de ánimo, siempre tan variable según las circunstancias.     
     Hace algún tiempo un amigo sacerdote me habló de la eficacia de las novenas hechas a San José en relación con un proyecto de apostolado que tenía en mente. Él necesitaba la adquisición de un equipo de impresión digital, algo que escapaba a su alcance por precio, y puesto que acostumbraba a tener a San José como intercesor suyo para los asuntos "laborales", sin más demora comenzó una novena a éste, uno de sus santos predilectos.

     Tal y como había ocurrido en ocasiones anteriores en las que acudió a su ayuda, las circunstancias se dieron para que, al término de la novena, de forma aparentemente casual, alguien contactase con él con motivo de la venta de un equipo de impresión. Resultó que las condiciones técnicas y económicas eran justo las que mi amigo necesitaba y se podía permitir, de modo que transcurrió muy poco tiempo desde que planificó su proyecto evangelizador hasta que lo pudo poner en marcha.
© Galilea, tomado del blog "gotitas espirituales"

     Tiempo después, yo me encontré en una situación también complicada. Resulta que en mis avatares laborales me vi en la necesidad de encontrar una ubicación en la provincia de Málaga donde la empresa en la que trabajo pudiese planificar una nueva unidad productiva. Si bien es cierto que la localidad no dista mucho de mi zona de trabajo habitual, nunca había emprendido una búsqueda así en aquella provincia, y apenas conocía las zonas industriales en las que poder localizar dicho espacio. Me enfrentaba a varios factores que debía resolver: encontrar un espacio adecuado por ubicación y requisitos urbanísticos, que la parcela estuviese disponible para alquiler en condiciones favorables, y llevar a cabo una tarea de gestión a través de las administraciones locales para poder desarrollar el proyecto en un plazo razonable.

     En las primeras visitas a las zonas de polígonos industriales empecé a confirmar de inmediato mis sospechas iniciales: el suelo bien ubicado ya estaba ocupado, los precios de compra y alquiler eran desorbitados, y al no conocer a nadie por aquellos lares, cualquier gestión para intentar contactar con propietarios de terrenos era tan tediosa como infructuosa.
     Era mucho lo que había en juego, sobre todo en términos de coste de oportunidad, pues encontrar una ubicación idónea con las condiciones correctas supondría un empujón importante a la empresa, empujón del que estaba necesitada. Tardé poco en acordarme de la novena a San José, de modo que, con una gran confianza en la intercesión de este gran santo, comencé a realizarla pidiendo ayuda en esta tarea, sobre todo con el sentido de que todas estas primeras gestiones saliesen favorables y de forma rápida si era para bien; por el contrario, también pedía no caer en algo que pudiese a la larga traer problemas aparejados, antes bien era preferible toparse con un muro de dificultades que me hiciesen desistir del propósito.
     Las cosas "se fueron disponiendo" de tal forma que, en muy poco tiempo, encontré a la persona adecuada que podía atendernos en las dependencias de Urbanismo, la cual a su vez me dio el contacto de un ingeniero con gran experiencia en este tipo de proyectos y que se movía como pez en el agua por organismos y administraciones locales. Ya teníamos los resortes que podrían ayudarnos a nivel técnico, pero aún faltaba lo más importante: localizar una parcela bien ubicada y con buenas condiciones. 
     En este asunto vital, tuve la "suerte" de encontrar a un excelente corredor que desde su agencia inmobiliaria no sólo nos ayudó a localizar parcelas y propietarios, sino que con su experiencia y profesionalidad ayudó para poder cerrar un acuerdo económico razonable. Todo hacía esperar unas buenas expectativas. 


     La segunda parte de esta historia, sin embargo, viene marcada por unos tintes de grandes dificultades que aparentemente vienen a desmontar la ilusión anterior. Esto a veces ocurre, como cuando pedimos algo a Dios y aparentemente nos da lo contrario, y es que a veces es necesario pasar por un proceso que finalmente, aunque sea de forma diferente, acaba redundando en nuestro beneficio. 
     En mi caso, el proceso de tramitación administrativa de nuestro proyecto no para de encontrarse con muros de dificultad que continuamente rompen las expectativas iniciales en cuanto a plazos de ejecución. Sin embargo, tuve una situación parecida en una promoción inmobiliaria hace unos años también en la provincia de Málaga donde un error del Ayuntamiento nos trajo de cabeza con una vivienda durante varios años. Finalmente el error fue admitido y subsanado, y el momento en que la venta pudo finalmente materializarse coincidió con una circunstancia que vino a hacer de este hecho algo favorable.
     Como en aquel entonces, actualmente aún continúo la travesía por el desierto, pero creo que, de alguna manera, las dificultades actuales van a determinar algún beneficio añadido al final de esta historia. Confío en la intercesión de San José y agradezco su protección, al tiempo que recomiendo encarecidamente que, ante cualquier dificultad de cualquier tipo, acudáis a él. No obstante, fue la persona elegida por Dios para hacer de padre de Jesús y cuidar de la Sagrada Familia, y ciertamente no estuvo su vida exenta de problemas (vida humilde, persecución que le llevó a emigrar a Egipto para escapar de Herodes...).


Imagen tomada de www.monasteriosanbenitoestella.com


     Por cierto, aunque siempre hago gala de mi nombre "Manolo", que es como todo el mundo me llama, mi nombre completo es "José Manuel". Saludos.

P.D.: Por supuesto que la novena se puede realizar siempre que se necesite, pero de forma general hay costumbre en muchos lugares de iniciarla el día 10, para terminar el 18, justo antes de la celebración de su fiesta (ver aquí).
     

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